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La Dra Mar O'Callaghan nos habla de su experiencia con la mucopolisacaridosis en el nivel clínic


¿Qué relación existe entre la neuropediatría y la mucopolisacaridosis?

La neuropediatría es una subespecialidad de la pediatría que estudia el cerebro en desarrollo de los niños y aquellas enfermedades que dan clínica neurológica: convulsiones, retraso del desarrollo, trastornos del movimiento, regresión…

En las MPS hay una afectación neurológica por acúmulo de GAGS en el cerebro y otros órganos desde los primeros meses de vida, con lo que los pacientes afectos de MPS presentarán síntomas neurológicos y la mayoría de las veces acaban consultando en la consulta del neuropediatra donde se hace la orientación diagnóstica.


¿Desde cuándo estás especializada en la MPS y síndromes relacionados?

Empecé a trabajar con pacientes con MPS hace 10 años de la mano de la Dra Mercè Pineda.


Al tratarse de unas enfermedades conocidas como minoritarias o raras, ¿se requiere una formación específica para determinar las diferentes líneas de actuación?

Es evidente que se necesita una formación específica para el conocimiento de estas enfermedades minoritarias. Esta formación incluye la asistencia a cursos, reuniones, congresos nacionales e internacionales en el ámbito de estas enfermedades y lo que es más importante, el contacto y manejo diario de pacientes con MPS. Cuántos más casos ves y tratas, más conocimiento tienes de cualquier enfermedad. Al mismo tiempo hay un trabajo personal de estudio y de estar al día con la lectura de artículos científicos recientes, la participación en registros de pacientes, en ensayos clínicos…


¿A día de hoy cómo se llega al diagnóstico de estos síndromes?

El diagnóstico inicial de las MPS debe de ser la sospecha clínica: ante un niño con rasgos físicos especiales, retraso del desarrollo psicomotor, pérdida de habilidades adquiridas… cualquier pediatra de atención primaria puede pedir una muestra de orina y realización de estudio de GAGs (glucosaminoglicanos) como screening.

A nivel hospitalario la primera prueba de cribado que hacemos es esta misma: la cuantificación de los GAGs en orina que nos orientará al diagnóstico de MPS y el estudio cualitativo de los GAGs en orina: ver qué tipo de GAGs se excretan en orina (por ejemplo: herapán sulfato, dermatán sulfato) que nos orientará al tipo de MPS.

Hasta hace pocos años, según la sospecha clínica y el estudio de los GAGs en orina, se medía la actividad enzimática en leucocitos (muestra de sangre de pacientes) y según los resultados de la actividad enzimática, después se pasaba a la secuenciación del gen determinado.

Actualmente, el estudio de la actividad enzimática no es necesario, y según la sospecha clínica y el estudio de los GAGs en orina, se realiza directamente el estudio genético molecular a través de paneles génicos de genes de enfermedades lisosomales. Este nos dará el diagnóstico definitivo.


¿Una vez obtenido el diagnóstico cómo se determina el tratamiento más adecuado?

Una vez tenemos el diagnóstico del tipo de MPS se valorará el tratamiento específico para cada caso. Según el tipo de MPS, existen diferentes tratamientos potencialmente curativos: trasplante de médula ósea, terapia enzimática sustitutiva,…

Según el tipo de MPS también se dirigirán los tratamientos sintomáticos: ortopédicos en MPS I, II, IV y VI; audífonos sobretodo en MPS II; antiepilépticos o para trastorno de conducta en MPS III…


Al ser enfermedades de componente genético y por lo tanto crónicas y, en muchos casos, progresivas y que afectan a niños de corta edad, esto supone un cambio radical en cuanto a las expectativas futuras no sólo del niño sino también de los padres. ¿A nivel asistencial como se planifican los tratamientos a largo plazo?

Cuando damos un diagnóstico de estas enfermedades a los padres, acto seguido surge la pregunta del pronóstico a largo plazo.

De entrada se les explica a los padres cómo es la evolución natural de la enfermedad de su hijo y los protocolos a seguir respecto a controles en las diferentes especialidades: neurocirugía, cardiología, ortopedia… dejando claro que según la evolución propia y particular de su hijo, iremos haciendo.

Por ejemplo sabemos que en el caso de la MPS IIIA, hacia los 4-6 años aparecen los trastornos de conducta y las crisis epilépticas. En un paciente con MPS IIIA, a esa edad realizaremos un EEG si aparecen trastorno de sueño o trastorno de conducta, pero si el niño está asintomático no lo marearemos con pruebas innecesarias.


Estos niños, en función del diagnóstico y de su nivel de afectación, requieren necesidades especiales y determinadas actuaciones a nivel multidisciplinar. ¿Esta tarea de coordinación es muy compleja?

El neuropediatra, hasta la fecha actual, en la mayoría de los casos, jugaba este rol de coordinador entre las diferentes especialidades médicas que intervienen en el tratamiento y cuidado de estos pacientes. Actualmente se han creado en los hospitales de 3r nivel las Unidades de Crónicos y Paliativos que llevan la coordinación multidisciplinar de estos pacientes.


Un aspecto fundamental en el que se centra gran parte de los esfuerzos es promover la salud y mejorar la calidad de vida de los niños afectados. ¿Qué papel juega la asistencia hospitalaria?

La asistencia multidisciplinar coordinada ha ayudado a promover la calidad de vida de estos pacientes: la asistencia domiciliaria por parte de enfermería o médicos de los servicios de paliativos o crónicos, las visitas telemáticas – telefónicas, la coordinación de las visitas de diferentes especialistas en el mismo día… hacen que los pacientes no pierdan su día a día, sus actividades diarias de colegio, fisio, recreo… y que no tengan que pasarse la vida en el hospital.

¿Se puede hablar actualmente de necesidades asistenciales no cubiertas y cómo se intenta paliar este tipo de situaciones?

Creo que a día de hoy las necesidades asistenciales básicas de estos pacientes están bastante bien cubiertas gracias al esfuerzo de muchos profesionales.

Uno de los cambios que creo que se debería implantar es que la terapia sustitutiva enzimática, que es de administración semanal por port-a-cath y en la que los pacientes deben acudir y permanecer 1 día a la semana durante 6 horas en el hospital, se pudiera realizar en el domicilio.


Una de las claves, sin duda es la investigación, que expectativas existen en este momento para dar una respuesta de la mejor calidad posible?

La investigación es sin duda una de las claves respecto a la posible curación de estas enfermedades.

Para que la investigación sea de la mejor calidad posible se requieren recursos económicos, equipos de investigadores apasionados con lo que hacen, trabajo colaborativo en equipo de investigadores básicos (biólogos, veterinarios, genetistas, farmacólogos, físicos…) e investigadores clínicos (médicos) y paciencia y tiempo.

Actualmente la investigación en terapia génica está muy avanzada y pronto se empezará en España un ensayo clínico de terapia génica en humanos afectos de MPS.


Los padres de estos niños necesitan tener conocimiento de todo aquello que afecta a su hijo para conseguir atenderle lo mejor posible ¿Cómo se les facilita esa información desde el papel del médico asistencial?

En la consulta médica a la que asisten regularmente, se va informando a padres y pacientes de todos aquellos tratamientos que se les administran o que pueden realizar para el manejo de su enfermedad, así como de posibles tratamientos futuros, la posibilidad de participar en ensayos clínicos…

Respecto a tratamientos ortopédicos, de alimentación, rehabilitación… contamos con el apoyo de los CDIAPs, las escuelas especiales, las asociaciones de pacientes (como MPS España) y equipo multidisciplinar de profesionales hospitalarios que participan activamente en la prescripción y realización de tratamientos dirigidos para estos pacientes.


¿Hasta qué punto necesario que la sociedad y los medios de comunicación en general sean conscientes de la realidad que viven los niños afectados y se sensibilicen al máximo?

Es fundamental que los medios de comunicación hagan difusión de estas enfermedades para que la sociedad y sobretodo los gobiernos conozcan estas enfermedades y hagan lo posible para que todos los pacientes puedan recibir los tratamientos y medidas terapéuticas necesarias para el manejo de su enfermedad y al mismo tiempo, para que se destinen fondos para la investigación sobre estas enfermedades.


Por último, ¿Qué mensaje o reflexión podemos dar desde la visión del especialista a nivel asistencial para el futuro de estos niños?

Que cada vez existen profesionales mejor formados en el manejo de estos pacientes, que cada vez se conocen más las MPS tanto en la sociedad como a nivel médico – científico y que debemos trabajar todos juntos: investigadores básicos, médicos, padres, asociaciones de pacientes… para diagnosticar precozmente a estos pacientes, empezar cuanto antes con tratamientos de soporte y poder llegar a la terapia curativa de estas enfermedades tan devastadoras.


La Dra Mar O'Callaghan es Neuropediatra Especializada en Enfermedades Metabólicas Lisosomales del Hospital Sant Joan de Dèu de Barcelona


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