Psicología deportiva
Sabrina Caamaño
-
Psicóloga Integral y Deportiva
-
Col.Num 17. 445
-
Clínica Deportiva Ianes- Barcelona
Etimológicamente la palabra “DEPORTE” proviene del latín deportare (trasladar, liberar la mente). Así podemos decir que desde su origen éste fue concebido como una actividad sublimatoria, de descarga de la agresividad y de los instintos que la sociedad reprime y que podrían exteriorizarse de otra forma en patologías corporales varias. Esta visión originaria del deporte aunque nos pueda parecer algo anacrónico, lo podemos observar todavía en la actualidad; solamente tenemos que fijarnos en el ritmo de vida de la sociedad occidental, en el tipo de trabajos que realizamos y sobre todo al ritmo en que los realizamos.
Es frecuente encontrarnos entre los perfiles de muchos runners, por ejemplo, personas que ejercen profesiones expuestas a un alto nivel de estrés y que encuentran en el deporte esa vía de escape. El deporte se convierte de esa forma en “adictivo” ya que nos proporciona el placer de “escapar” de todo aquello que nos perturba durante nuestra vida rutinaria.
No obstante, en las situaciones de competición, nos volvemos a exponer a una situación estresante, de manera que volvemos a abrir la “caja de los truenos” arrastrando con nosotros todo aquello de lo que pretendemos deshacernos con la práctica deportiva. Entonces nos pasa que justamente, en la competición, o en la final, es cuando aparecen los bloqueos, los fallos, las lesiones, caídas…que durante los entrenamientos no aparecían. Ya que entrenando huimos de todo estrés y cuando competimos atraemos, por decirlo de alguna manera, a todo aquello de lo que estábamos huyendo.
La Psicología deportiva, proporciona al deportista técnicas para deshacerse de todo eso, identificarlo y controlarlo. A aumentar su rendimiento físico y mental, aprender a relajarse, a visualizar, a establecer metas (planificación), evaluar errores, controlar aspectos físicos (frecuencia cardíaca, respiración, y aspectos mentales como los pensamientos negativos, etc. Ya que como muchos deportistas de élite y cada vez más los aficionados se han dado cuenta, la parte mental constituye el 50% de la influencia sobre el rendimiento final.
Le ayuda también a sumergirse en su propia psique para que pueda preguntarse y llegar a responder a preguntas más profundas como: ¿por qué corro? (en el caso del runnig) ¿qué me proporciona mi deporte?¿qué estoy buscando? o ¿de qué estoy huyendo? De manera que si conseguimos identificar los estresantes y elaborarlos, podremos llegar más libres de carga a la competición y rendir más con el añadido de conocernos un poco más a nosotros mismos promoviendo el crecimiento personal, hecho que ayudará a mejorar otros ámbitos de la vida que quizás se ven afectados también por todo aquello que nos “persigue” en forma de ansiedad, temor o estrés.
Cada deportista es un caso personal y único, con unas vivencias y emocionalidad propias que se deben valorar adecuadamente y de forma personalizada.
En nuestra clínica estamos acostumbrados a tratar con diferentes aspectos que emergen derivados de la actividad deportiva como puede ser el estrés, la predisposición a lesiones, el sobre entrenamiento, y a trabajar en el entrenamiento de las habilidades mentales adecuadas para cada reto, meta u objetivo que el deportista se plantee.
Durante las próximas semanas iremos dando las claves para poder afrontar entrenamientos, competiciones y retos personales, con la intención de que podáis descubrir vuestras flaquezas e intentar dominarlas.