Cuando corro en solitario entre bosques y montañas percibo sensaciones que tienen que ver con la emoción y con el instinto primitivo que pone en marcha una serie de mecanismos emocionales que, según la energía que percibo, construye en mi interior la forma en que me comunico con el entorno.
No puedo ignorar ese primer impacto y siempre procuro ser y estar consciente para permitir que mientras sigo corriendo se mantenga esa transmisión bidireccional tierra-mente.
La percepción que puedo tener de mí mismo está directamente relacionada con la autenticidad de cada momento durante el recorrido.
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