De vez en cuando las circunstancias te invitan a probarte a ti mismo, necesitas explorar tu propia capacidad de respuesta ante situaciones límite... Es cómo una extrospeccion de partículas que necesitan explosionar en la distancia/tiempo... y en el fondo es algo que parece no tener demasiado sentido o al menos no ser algo imprescindible para sobrevivir pero el devenir cotidiano de la vida te hace vislumbrar eso pequeños detalles que te rodean y a los que no puedes negar visibilidad ni peso específico..
Las gentes, las personas las actitudes, el inexorable paso del tiempo, la vida misma.... Siempre lo digo, correr largas distancias me convierte en un ser clarividente... El escenario de la vida se muestra cada vez con menos artificios más real y diafáno, cada vez conozco mucho mejor el terreno que piso, por dónde me muevo, quién esta cerca y quién se aleja....
Llegados a este punto, todo surge como en un ritual de alquimia y la piedra filosofal se materializa como una lucha frontal contra la distancia y el tiempo.... Una lucha perdida de antemano, la distancia y el tiempo son factores infinitos, nosotros sólo somos simples mortales....
Y la gloria es un concepto efímero, que no perdura mas que en nuestra memoria y que se diluye con la sucesión de los tiempos... Hablo de una gloria muy alejada de la épica de los grandes héroes de la historia de la humanidad... Ningún corredor de larga distancia va a equipararse a los héroes de la literatura griega...
Nuestra porción de gloria es algo nimio y no resiste comparación alguna pero es algo que interiorizamos y que nos insufla un pedazo de vida, nos inyecta motivación para seguir adelante... Por eso esta batalla, esta acción fuera de toda lógica , esa lucha en la que jamás venceremos va a llevarnos cara a cara contra el tiempo y la distancia...