¿A qué responden ciertas actitudes?
Es habitual que cada uno de nosotros subamos varias veces al día a un ascensor… Este hecho, querámoslo o no, provoca siempre una cierta sensación de desasosiego e incertidumbre. El trayecto apenas dura unos segundos pero son suficientes para generar un estado de cierta ansiedad. ¿Cómo nos comportamos dentro de un ascensor? Existen estudios sobre el comportamiento humano al respecto. Es un espacio que genera comportamientos extraños y actitudes curiosas.
Por ejemplo, es habitual que cuando entramos en un ascensor en compañía de otras personas se haga un sepulcral silencio alrededor. O que nos situemos todos, de forma impulsiva, mirando hacia la puerta de salida. Si hay más de una persona intentamos separarnos al máximo en las esquinas del ascensor y nos sentimos incómodos si nos vemos forzados a quedarnos en el centro.
Lo más normal es quedarse mirando hacia el suelo o directamente a la botonera del ascensor. En un espacio tan pequeño y encerrado parece necesario actuar de forma que nuestra actitud no pueda interpretarse de forma amenazadora, extraña o ambigua para los demás. La manera más fácil de lograrlo es evitando el contacto visual.
Por otra parte nos preocupa el hecho de no tener control sobre algo que no sabemos cómo funciona. Esa es una de las principales causas de ansiedad. Pero no hay que olvidar que el ascensor es uno de los medios de transporte más seguros. Estadísticamente hay muy pocos accidentes de consecuencias graves.
De modo que nos vemos en la necesidad de tomarlo diariamente en varias ocasiones a pesar de que a algunos les ponga nerviosos. Es una buena ocasión para reflexionar sobre el tema per fuera del recinto del ascensor, claro… ¿Qué otros comportamientos podemos experimentar dentro del ascensor?